Aunque podríamos decir que el sexo como tal sigue siendo igual que hace siglos, incluso milenios, todo a su alrededor ha ido cambiando. Y esto último ha propiciado que cada sociedad, en cada tiempo y cada lugar, vea el sexo de una manera concreta y única. La invención y popularización de los métodos anticonceptivos han permitido una mayor libertad sexual y un aperturismo de miras en este sentido. La tecnología, por supuesto, también ha tenido mucho que ver en la evolución, o revolución sexual de los últimos años. Desde la industria del porno a la propia prostitución, hoy en día no hay un solo sector dentro de la industria del sexo que escape a los adelantos tecnológicos. De hecho, en muchos casos, estos adelantos han traído una serie de beneficios que han permitido una expansión aun mayor de esa industria del placer. Y los smartphones están ahora en el centro de toda la actividad.
Llevar un pequeño ordenador de bolsillo conectado a Internet todo el rato nos ofrece un sinfín de posibilidades que sin lugar a dudas debemos aprovechar. La geolocalización, el poder contactar con todo tipo de personas a través de las apps de mensajería, el mostrar nuestra vida a través de las redes sociales… El Smartphone es nuestro compañero de batallas y nos facilita la vida en todos los sentidos, incluso a la hora de encontrar a una profesional del sexo. Y es que de la misma forma que Uber está triunfando en todo el mundo gracias a su manera sencilla y práctica de conseguir un coche en cualquier momento, unos emprendedores alemanes entendieron que sería una magnífica idea ofrecer eso también con prostitutas. Una idea polémica, desde luego, aunque no tanto en su país, dado que la prostitución está totalmente legalizada desde hace años. Lo que buscaban con esta aplicación era, de hecho, mejorar las condiciones de seguridad y fiabilidad tanto para las chicas como para los clientes. Y es así como surge Peppr.
Qué es Peppr
Peppr es una aplicación lanzada en 2014 en Berlín, capital de Alemania. La intención de los creadores de esta app era conseguir que la prostitución dejara de ser un mundo inseguro y oscuro, ofreciendo un servicio eficaz tanto a clientes como a las propias trabajadoras sexuales. A través de este sistema, uno puede conocer a las escorts que están trabajando cerca, y escoger a la que más le gusta, reservando una cita con ella por un pequeño pago a la app. Se trata de un sistema que registra los mensajes y las citas, guardando siempre la confidencialidad personal, pero igualmente permitiendo hacer un seguimiento a aquellos clientes que no sean tan educados, por ejemplo.
Cualquier persona puede entrar en Peppr, siempre que sea mayor de edad. Para inscribirse en el sistema, los creadores han puesto a disposición de las chicas (y chicos, que también los hay) un formulario en el que pueden incluir sus datos, tarifas e incluso fotografías. De esta forma, el profesional del sexo puede esperar incluso en casa a que los clientes le citen, sin tener que salir a la calle, con todo el peligro que eso conlleva. Peppr es un método muy seguro para entrar en contacto con escorts profesionales y cerrar tratos con ella, sabiendo todos los detalles de la transacción desde el primer momento. Una idea, eso sí, no exenta de polémica.
Hay quien la llama “el Uber de la prostitución”
Dadas sus semejanzas con el tipo de citas y el sistema que utilizan, Peppr y Uber han sido constantemente comparadas. Las dos aplicaciones tratan de facilitar el contacto entre profesionales independientes y los clientes, y lo hacen de una forma segura. En ambas se pueden dejar comentarios y opiniones, que son vitales a la hora de escoger al conductor o a la escort de turno. Más allá de esto, Peppr es una app mucho más polémica que Uber, al tratarse de un negocio como el sexo, que siempre está bajo la lupa de la moral. De hecho, en muchos países estas aplicaciones estarían prohibidas, ya que la prostitución está ilegalizada o no se puede hacer publicidad de ella, facilitándola o animando a la gente a consumirla.
Así funciona
Lanzada hace ya unos años, Peppr buscaba cambiar por completo la manera en la que los clientes y las escorts se relacionaban, facilitando los encuentros. De hecho, la tarifa que proponía por cada cita era ínfima, y a cambio ofrecía una plataforma fiable y con muchos detalles para poder sentirnos completamente seguros a la hora de concertar una cita con una profesional del sexo. El sistema es muy sencillo. Un usuario cualquiera se descarga la app, de forma totalmente gratuita, y se la instala en el Smartphone. Gracias a la ubicación, Peppr le permite saber cuántas prostitutas hay en las cercanías de su localización actual. Pero no solo el número o el nombre, sino perfiles completos con todo tipo de detalles, fotos incluidas.
Es así como el cliente puede elegir entre cualquiera de las amantes que hay disponibles en ese momento, conociendo ya sus rasgos, sus servicios y sus tarifas. Cuando está decidido a contratar a una, solo tiene que pedir una cita a través de la aplicación. En pocos segundos, tal vez algún minuto, la chica aceptará dicha cita y se encontrarán en el lugar acordado. Sin trucos, sin problemas de identificación. Después del encuentro, el cliente puede puntuar y valorar la labor de la escort, algo que también servirá a otros clientes para decidirse por ella o no. De la misma forma, la chica está segura al conocer los “antecedentes” del cliente, en caso de que se haya mostrado violento o maleducado con otras amantes previamente.
Sus desarrolladores
Peppr fue lanzada en 2014 por un par de emprendedores alemanes, Pia Poppenreiter y Florian Hackenberger. Con base en Berlín, estos dos desarrolladores estuvieron varios años dando vueltas a la idea de crear un sistema que facilitase las citas con las escorts, y que hiciera de estos encuentros algo más seguro. La legalización de la prostitución en Alemania en 2002, siendo uno de los primeros países europeos en despenalizarlas, trajo un gran incremente de clientes a este negocio. Poppenreiter y Hackenberg entendieron que había un verdadero nicho de mercado no explotado aquí, y utilizaron su sistema para visibilizar también a esas mujeres que hacían la calle, trabajadoras honradas que no tenían nada que ver con la imagen de esclava sexual que habitualmente se comparte sobre las prostitutas. Eran mujeres trabajadoras y merecían el respeto, el derecho y la seguridad que se les otorga a todas las demás.